Ingredientes:
12 alitas de pollo
Harina de trigo
1 cabeza de ajos
Sal
Pimienta negra
Aceite de oliva
Preparación:
Corta las alitas de pollo
en tres partes y desecha la punta. Retira bien todos los restos de plumas.
Sazonas con sal y pimienta
a tu gusto. Puedes añadir otras especias si lo prefieres. Un poco de pimentón
dulce o picante les quedaría de maravilla también.
Coloca en un plato harina
de trigo y pasa cada una de las alitas por la harina cuidando de que queden
bien rebozadas. Si tienes un celiaco en casa, usa una harina sin gluten.
Vierte un buen chorro de
aceite de oliva virgen extra en una sartén lo suficientemente grande para
poderlas hacer todas a la vez. Cuando el aceite esté caliente, coloca las
alitas y modera el fuego para que se frían poco a poco. Añade la cabeza de ajos
desgranada.
Cuando se vayan friendo
por un lado, dales la vuelta. Las alitas de pollo al ajillo deben quedar
completamente doradas por toda la superficie. Para conseguir que se hagan bien
por dentro, hay que tener el fuego más bien bajo, pero con temperatura
suficiente para que se frían sin cocerse.
Cuando las alitas de pollo
al ajillo estén bien doradas, ya las puedes servir. Puedes servirlas con los
ajos y un poco del aceite de la sartén. Verás cómo disfrutan rebañando.
Sírvelas como tapa,
entrante o segundo plato.
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