viernes, 24 de abril de 2020

CALDO DE HUESOS CURATIVO



Otra receta basada en el libro El secreto del caldo de huesos curativo, tomado del libro de  Louise Hay.
Los ingredientes no necesitan cantidades, pueden agregar tanto como sea de su gusto.

Ingredientes:
Huesos (de preferencia con tuétano, porosos, articulaciones, cartílagos, patas o piel)
Agua (la suficiente para cubrir los huesos)
Vinagre (2 cucharadas por litro de agua)
Cebolla
Ajo
Hojas de laurel
Pimienta gorda
Clavo de olor
Semilla de cilantro
Un trozo de jengibre
Chiles para una versión picosa
Sal al gusto

Preparación:
Echa suficiente agua para que cubra los huesos, la carne y las verduras. Agrega el vinagre de sidra de manzana, para que los huesos suelten los minerales.
Añade sal marina y pimienta al gusto. Empieza con poca cantidad (como 1 cucharadita de cada) y pon más si te apetece cuando el caldo esté hecho.
Sube el fuego, tapa la olla y ponlo a hervir. En cuanto empiece a hervir, baja el fuego al mínimo y cuécelo toda la noche.
Cuanto más tiempo esté haciéndose, más nutrientes extraerás de los huesos y de las verduras.
A la mañana siguiente cuela el caldo. No guardes nada de los restos de verdura, carne o huesos, simplemente exprímelos y conserva el líquido, que ahora será extraordinariamente nutritivo.
Pon el caldo en la nevera. Cuando se enfríe retira la capa de grasa que se habrá acumulado en la superficie.
Ahora tienes algo con que nutrir tu cuerpo. Toma 1 o 2 tazas al día: Louise se toma una por la mañana y otra antes de irse a dormir. También puedes usar el caldo para hacer sopas y estofados deliciosos, o para dar más sabor a las verduras y cereales.
Para ello utilizarás el caldo como usas el agua al cocinar.
Para conservarlo más de 5 días: cualquier caldo que no vayas a usar en un plazo de 5 días, guárdalo en recipientes de litro en el congelador para tenerlos a mano cuando los necesites. También puedes guardar el caldo en recipientes más pequeños o incluso en cubiteras para personalizar el uso que quieras darle en tus comidas o recetas.
Pon una nueva bolsa para restos en el congelador y empieza de nuevo hasta hacer el siguiente caldo. ¡Tu cuerpo te agradecerá que sigas nutriéndolo de esta manera.

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