Otra receta basada en el
libro El secreto del caldo de huesos
curativo, tomado del libro de Louise Hay.
Los ingredientes no necesitan cantidades, pueden agregar tanto como sea de su gusto.
Los ingredientes no necesitan cantidades, pueden agregar tanto como sea de su gusto.
Ingredientes:
Huesos (de preferencia con
tuétano, porosos, articulaciones, cartílagos, patas o piel)
Agua (la suficiente para
cubrir los huesos)
Vinagre (2 cucharadas por
litro de agua)
Cebolla
Ajo
Hojas de laurel
Pimienta gorda
Clavo de olor
Semilla de cilantro
Un trozo de jengibre
Chiles para una versión
picosa
Sal al gusto
Preparación:
Echa suficiente agua para
que cubra los huesos, la carne y las verduras. Agrega el vinagre de sidra de
manzana, para que los huesos suelten los minerales.
Añade sal marina y
pimienta al gusto. Empieza con poca cantidad (como 1 cucharadita de cada) y pon
más si te apetece cuando el caldo esté hecho.
Sube el fuego, tapa la
olla y ponlo a hervir. En cuanto empiece a hervir, baja el fuego al mínimo y cuécelo
toda la noche.
Cuanto más tiempo esté
haciéndose, más nutrientes extraerás de los huesos y de las verduras.
A la mañana siguiente
cuela el caldo. No guardes nada de los restos de verdura, carne o huesos,
simplemente exprímelos y conserva el líquido, que ahora será extraordinariamente
nutritivo.
Pon el caldo en la nevera.
Cuando se enfríe retira la capa de grasa que se habrá acumulado en la
superficie.
Ahora tienes algo con que
nutrir tu cuerpo. Toma 1 o 2 tazas al día: Louise se toma una por la mañana y
otra antes de irse a dormir. También puedes usar el caldo para hacer sopas y
estofados deliciosos, o para dar más sabor a las verduras y cereales.
Para ello utilizarás el
caldo como usas el agua al cocinar.
Para conservarlo más de 5
días: cualquier caldo que no vayas a usar en un plazo de 5 días, guárdalo en
recipientes de litro en el congelador para tenerlos a mano cuando los
necesites. También puedes guardar el caldo en recipientes más pequeños o incluso
en cubiteras para personalizar el uso que quieras darle en tus comidas o recetas.
Pon una nueva bolsa para
restos en el congelador y empieza de nuevo hasta hacer el siguiente caldo. ¡Tu cuerpo te agradecerá que sigas nutriéndolo de esta manera.
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